Don Chepito, el vendedor de periódicos
Mucho tiempo ha pasado ya después de aquellos días en que recorría la ciudad por las tardes y las noches. Bajo el brazo llevaba una prensa de periódicos por vender, no siempre los vendía todos, pero cuando le sobraban salía a venderlos al siguiente día.
Llevaba casi siempre una gorra, una barba larga y sus característicos lentes, caminando siempre con una energía como de muchacho por muchas calles.
Lo vi hace varios días, estaba sentado en un portal, cerca de una famacia entre el barrio El Chile y barrio El Centro, con su mano estirada, como esperando algo. Me detuve un momento a saludarle, dijo que algunos días no había estado bien. La edad, el tiempo, esas cosas… Le digo que sería interesante conocer sus historias en una entrevista, esas memorias que guarda seguramente en su mente de aquéllas épocas de vendedor de periódicos.
Antes de retirarme le dejo una moneda; entre su barba blanca deja ver una sonrisa de agradecimiento, mientras saca un cigarrillo. Y se queda ahí, viendo cómo la gente sigue pasando bajo la sombra de aquel portal.
Cae la noche, ya no hay nadie aquí, pero parece que a lo lejos aún se escuchara por las calles del centro de Chalate aquella voz de don José Alejandro Morales, diciendo: «El Latino, El Mundo, El Latino, El Mundo». Pero no hay nadie ya, es solo un reflejo del tiempo y sus muchas anécdotas de personajes…