Himno de Chalatenango

El himno de Chalatenango fue compuesto por la maestra Ana María de Dolores Grady, en el año de 1991. Dicho himno fue musicalizado por el señor Adán Viscarra, quien era director de la banda regimental del Destacamento Militar Número 1 de Chalatenango, en ese entonces. Con el paso del tiempo el himno fue olvidado y dejó de entonarse, con lo cual se perdieron sus partituras originales.

En el año 2019 la maestra Dolores Grady tomó la iniciativa de recomponer el himno, ahora contando con 12 estrofas de cuatro líneas cada una, se trata de una bella composición en la cual se hace referencia a la belleza de Chalatenango, tanto en sus atractivos naturales como en el trabajo y esfuerzo de su gente.

Este es el himno que presentamos a continuación y que se encuentra en proceso de musicalización.

HIMNO DEL DEPARTAMENTO DE CHALATENANGO

Autora: Ana María de Dolores Grady

I
Chalatenango amado, solar maravilloso,
presea cuscatleca de máximo valor,
por ser tan noble y fértil, bendito y laborioso
en ti florecen siempre los lauros del honor.

II
Aquilatada gema constelada en el norte
de este país querido llamado El Salvador,
la luz que tú derramas sobre tu hermoso porte
acrece y sublima tu vívido esplendor.

III
Dios ha querido darte con providente amor:
una fauna abundosa; una flora lozana;
y en tu ser venturoso instaló una fontana
que agranda de tus ríos el raudal bienhechor.

IV
De la fluvial riqueza que bañando tu suelo
se extiende acrecida bajo tu cielo azul,
su potencial resaltan, amplios y dilatados:
el Lempa, el Tamulasco y el margen del Sumpul.

V
Cotidiano deber de tu pueblo es guardar
y cultivar tu ambiente con brío original,
y el rico patrimonio de arte celestial
que el Hacedor divino te quiso regalar.

VI
Con manos diligentes y talentos creativos
aplicando los dones de tu honorable ser,
en obra floreciente y auténticos motivos
honrando en ti las horas en próvido quehacer.

VII
Do inteligente y útil sea la varia forma
que de tu pueblo afirme el valor esencial
de su amor al trabajo, carismática norma
que del trabajo exalte el valor proverbial.

VIII
iVenga el PITAL esbelto, la gélida montaña!
tu arboleda umbría que en profusión vivaz
dimana efusivas fragancias escogidas
que llenan complacidas su imagen montaraz.

IX
Por el vaivén asiduo de las brisas que pasan
moviendo juguetonas las frondas del pinar:
el atavío verde do el manto de neblina
irrumpe y esfumina la esplendidez solar.

X
El corazón agreste de tu glacial montaña
acoge de tus aves la nota musical,
y en feliz concierto con las lozanas flores
te adornan y amenizan con gracia perennal.

XI
Exalta el CAYAGUANCA su perfil descollante,
abrupto y acentuado más allá del PITAL,
en su destino eterno de peña colindante
que incluye las bondades de un fresco manantial

XII
¡Cuán bello es el acervo de la naturaleza
que aglutina tus bienes con grata precisión:
idearios y faenas que muestran evidentes
de tu ejemplar vivencia, la innata vocación!



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *